Vigilando la reelección de las autoridades
(22-Mar-2010) Artículo de opinión de Leonardo Narvarte. Todos sabemos que cuando se inicia el periodo de las campañas electorales empieza la competencia entre los candidatos por quién promete y ofrece más. Más aún, desde los 90s, con la crisis de los partidos políticos, la relevancia de las ideologías y de los discursos políticos han cedido frente a lo mediático. Y la relación entre los electores y los candidatos se ha reducido a un vínculo pragmático donde los votos obtienen un valor de mercado para negociar, con el mejor postor, un beneficio concreto (o la promesa de este beneficio en caso el candidato llegase a ser elegido).
Frente a esta realidad la reacción normal debería de ser la de parar y entender por qué el sistema democrático ha degenerado en esta dinámica absurda que socava sus propios pilares. Luego, tendríamos que trabajar para aliviar los problemas estructurales de nuestra sociedad fragmentada para encaminarnos hacia una verdadera democracia. Pero como este proceso es un camino largo (y aún difícil de trazar) por mientras es importante asegurar que por los menos los recursos públicos no se vean afectados (de forma directa) por esta manera particular de experimentar la política.
Debido a la dinámica descrita, donde las oportunidades de ser elegido para ser alcalde o presidente se encuentran directamente relacionadas a la capacidad de los candidatos para dar regalos y tener presencia mediática, las autoridades públicas que buscan ser reelegidas se encuentran en una posición privilegiada frente a sus contendores. Lo cual no sólo es injusto, para la contienda política, sino que puede ser perjudicial para la población porque la autoridad puede canalizar los recursos que tiene a su cargo para lograr su cometido electoral, relegando las necesidades y los intereses de la gente.
Para evitar que esto suceda existen medidas que las autoridades públicas deben acatar. Algunas de estas son:
- Desde el 31 de enero de este año, fecha en que se lanzó la convocatoria de las elecciones, los alcaldes y los presidentes regionales se encuentran prohibidos de realizar propaganda política directa o indirecta. Esto se refiere a mensajes de cualquier naturaleza a favor o en contra de cualquier movimiento o partido político. Tal es así, que desde esa fecha se suspende la realización de toda publicidad de la institución (salvo casos de emergencia donde se requiera informar de forma impostergable a la población, con previa autorización del Jurado Nacional de Elecciones). En estos casos especiales, no se podrá hacer alusión a ningún distintivo (nombre, color, símbolo) de un candidato o de una agrupación política.
- Posteriormente, desde el 3 de abril, los alcaldes y los presidentes regionales que deseen postular a la presidencia regional deberán renunciar a sus cargos públicos. Los alcaldes que quieran reelegirse en sus cargos no tienen esta obligación.
- Finalmente, desde el 5 de julio, fecha en la que se cierran las inscripciones para los candidatos, los alcaldes y los presidentes regionales estarán prohibidos de participar en la inauguración o inspección de obras públicas. Repartir a personas u organizaciones bienes o productos provenientes de los recursos de sus instituciones.
En Loreto, el equipo regional anticorrupción ha empezado una campaña para concientizar a la población y a los periodistas para que estén vigilantes de la gestión de sus autoridades en este marco electoral. Si bien un primer paso ha sido el de difundir la normativa que regula las prohibiciones que tienen las autoridades públicas durante el tiempo de electoral, lo que viene a continuación es el acompañamiento a través del espacio radial para canalizar las denuncias en caso estas autoridades se obstinaran a seguir utilizando los recursos públicos que tienen bajo su responsabilidad con fines proselitistas.
Debido a la debilidad de las sanciones administrativas y penales para aquellos que trasgreden estas normas, las sanciones que provengan de la vigilancia social pueden llegar a ser mucho más significativas; siendo la no reelección el golpe más duro que estas autoridades corruptas puedan recibir.
Está en nuestras manos (y votos) lograr que, por lo menos, ese tipo de sanciones se hagan efectivas.